lunes, 8 de julio de 2013

¿Por qué ganamos quienes no votamos?


El actual sistema político está basado en un principio contractualista, es decir, el hecho de ir a votar es refrendar el contrato mediante el cual renuncio a mis libertades y acepto que sea el Estado quien me proporcione y garantice derechos. De no ser garantizados por el Estado tendría yo mismo que procurarmelos. Así renunciamos a libertades para obtener derechos tales como a la seguridad, el trabajo bien remunerado la educación, salud, vivienda, acceso a la justicia, entre otros muchos, cada vez mas.

Desde la implementación del neoliberalismo, estos viejos derechos (obligación del Estado) se han venido desmontando a conveniencia, para permitir el enriquecimiento de algunos. De este modo lo que antes eran derechos ahora se han privatizado y convertido en mercancías o servicios, dirigidos a quienes puedan pagarlos. Servicios proporcionados por el Estado han sido privatizados por particulares hasta que los llevan a la quiebra, momento en que pasan a ser “rescatados” con dinero público y ya que son nuevamente rentables vuelven a ser privatizados. Así se pierden los derechos y se lucra con las necesidades, en aras del enriquecimiento de unos cuantos.

La situación actual es que los derechos, aunque enunciados por doquier, no son de modo alguno una realidad tangible.

En México la obligación de brindar seguridad, no existe, ni al trabajo remunerado, tampoco a la educación o salud de calidad, ni qué decir de vivienda o acceso a la justicia. Cada día tenemos más derechos para enunciar pero sin que tengan efectos reales en nuestra vida.

Si la premisa de que yo vote supone refrendar la renuncia a mi libertad para obtener Derechos que no se cumplen, entonces a mi me parece un absurdo. El Estado ha perdido su razón de ser. No soy yo quien falta a lo pactado, ha sido el Estado neoliberal (esto es capitalista y preocupado sólo en favorecer la acumulación de unos cuantos), quien ha roto el pacto. Así que yo obro en consecuencia y no voy a refrendarlo. Hoy en Puebla el 55% de los poblanos optamos por nuestra libertad desconocemos al Estado y consideramos inútiles los derechos que se supone garantiza. Ahora nosotros, que somos la mayoría, tenemos la obligación de construir modos que nos garanticen una vida digna esa que el Estado se ha encargado sistemáticamente de negarnos.


La tarea pendiente es lograr que el 95% de los ciudadanos dejen de votar y en su lugar creen asambleas para que seamos nosotros mismos quienes atendamos nuestros problemas. Con democracia directa y organización asamblearia lograremos quebrarle la espalda al actual sistema de representación electoral que no nos representa y además nos usurpa.

Finalmente quiero decirle a esos que se sienten ganadores. No ganaron, Ganamos quienes estamos en contra de ustedes, quienes estamos hartos. Quienes no votamos somos más que ustedes incluso juntos. No se equivoquen pensando que tienen una patente de corso para sus estupideces y ambiciones. No jueguen con nuestro hartazgo. Queremos que se vayan todos, pero aún no hemos encontrado el modo civil y pacífico de lograrlo. Ya lo estamos buscando y pronto, muy pronto lo encontraremos. Y no es amenaza es justicia. Lo que buscamos es una justicia que, por cierto, no cabe en sus códigos ni en sus juzgados, una que sus jueces corruptos no comprenden. La justicia de la historia, del pueblo organizado y recuperando su dignidad.

Enrique Maraver



Gracias a Lorena Gómez Blanco por su pregunta y por las imágenes que tomé de su muro en Facebook