--“A las mujeres nos hacían
menos”--, me decía ella y me clavaba la mirada fijamente . Sus
ojos negros eran dos tizones encendidos. Sonreía. --”A mi no me
dejaron ir a la escuela, decían que para qué, si uno como mujer
debe atender al marido. Yo aprendía a leer y escribir apenas. Ahora
mis dos hijos y mis dos hijas tienen carrera universitaria.”--
--”Yo crecí mirando como golpeaban a
mi mamá y yo me decía que no quería eso para mi.
Y no fue fácil”--
--”Aprendía quererme y respetarme.
Aquí está bien visto que maltraten a una por ser mujer. Así que
cuando una no se deja. Es rebelde y todas la ven mal. A mi no me
importa. Yo siempre le dije a mi esposo tu no me pegas, porque somos
iguales, tu no eres más que yo.”--
Yo la miraba sonreírme orgullosa, con
esa risa de quien le arrebató a la vida algo que le tenía negado.
Llovió. Mi corazón no escampó. Y no
era por ella, ella me dió esperanza, me hinchó de alegría el
corazón. No, no era ella. Es mi conciencia de que a la mujer la
maltrata e incluso mata aquel que dice que la amarla. Y eso me rompe
el corazón.
He visto a muchas mujeres lastimadas.
Las he visto endurecerse y envilecerse. Las he visto tratando de
comportarse como hombres. Y ver en ello su irremediable ruina. Y
siempre que lo miro pienso en que yo soy hombre y no me gusta ser
como me han dicho que deba ser.
Dicen que soy dulce y que soy tierno.
Yo sólo sé que tengo cicatrices y piel hecha jirones, que mis
propias heridas me obligan a caminar con mesura. Y que esta condición
masculina, que me ha sido impuesta me otorga la facultad de oprimir,
de arruinar y arruinarme la vida también. Consciente de la
inutilidad de ello, renuncio a ser eso que esperan de mi. No estoy
cierto de si es bueno o malo. Sólo que así soy. Que vivo tranquilo
sabiendo que no haga daño a nadie, y trato de dar lo mejor de mi,
quizá sea poco o nada. Eso no lo puedo juzgar yo.
Cae la tarde herida y mojada. Yo pienso
en ella, en su risa de mazorca en tiempo de cosecha y sus ojos de
tizón ardiente. Mi corazón escampa y se enciende.
Enrique Maraver
Mayo, 2012.